El 4 de noviembre de 2013, un avión bimotor modelo Hawker y con
matricula mexicana fue obligado a aterrizar y luego destruido por militares
venezolanos en un lugar del estado Apure, al suroeste de Venezuela. En la
aeronave viajaban siete personas que huyeron. Según investigaciones realizadas
en México, portaban identidades falsas. Sobre este hecho, el Gobierno mexicano
solicito explicaciones. El presidente Nicolás Maduro respondió: “Es un avión
que lo conseguimos full (lleno) de droga”. Tres meses después de este
acontecimiento, a principios de febrero de este año, se conoció que el avión era
del Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue
capturado en México, el pasado sábado.
Según información publicada por el diario Reforma (México) y
atribuida a fuentes oficiales y documentos judiciales, el avión había sido comprado
tres semanas antes de que fuera destruido, por Manuel Eduardo Rodríguez,
presunto legitimador de capitales del cártel de Sinaloa.